Ishikawa, Japón, 1977.
Estudió en el Slade School of Fine Art de Londres. Heredero del surrealismo y defensor de los paraísos psicológicos interiores, este video-artista propone con sus obras un juego con nuestro inconsciente. Pertenece a esa generación de artistas atrapados entre dos continentes, entre dos tradiciones, lo que dota a sus obras de un cierto intimismo. Desde 2002 participa en exposiciones internacionales en Washington, Melbourne, Yokohama, Londres, etc. En España, sus obras han sido expuestas en Madrid, en el CBA (Burgos) y en el MUSAC (León).
Desde sus primeras creaciones utiliza el video porque le permite abordar el tema de los sueños de manera más clara. Utiliza imágenes donde mezcla lo real y lo ficticio, con un fuerte carácter onírico dando lugar a imágenes algo decadentes y muy sugerentes que enlazan con el mundo de los sueños.
Sawa no quiere alejarse de los pensamientos de su infancia. Su trabajo, inquietante y mágico, tiene un gran contenido de imágenes de su infancia y de los recuerdos de su mente, lo que le convierte, en cierto sentido, en un artista nostálgico y onírico. Quiere conocer en cada momento al ser humano que lleva dentro. Comenzó dotando a sus videos de cierto intimismo, subrayado por estar rodados en el interior de su apartamento/estudio londinense. Era un apartamento austero.
Con ocasión de su primer vídeo "Vivienda" (2001) (Dwelling), gracias al cual el joven artista consiguió el reconocimiento internacional, comenta: "La razón por la que hice mi primer vídeo es porque no quería salir de casa. Quería tomar el aire, pero en mi apartamento. Así que me quedé en casa... tenía un avión de juguete, lo filmé, y luego filmé mi apartamento y lo edité todo en el ordenador". Rodado en blanco y negro y con cierto descuido para subrayar el desarraigo propio de los artistas asiáticos que debieron abandonar sus países para poder crear su arte. En el año 2004 pudo verse en una gran pantalla en Times Square de Nueva York.
Pero la experiencia adquirida con el paso del tiempo le hace experimentar en otros entornos. En sus videos es muy importante la experiencia personal del espectador. Quiere, en todo momento, estimular la imaginación de los espectadores que contemplan sus obras. Y que sus obras produzcan impresiones distintas en cada una de las personas que las contemplan. La fuente de su obra mana de experiencias personales y pretende que estas emociones conecten con las emociones particulares de otras personas.
En sus videos hay dos ingredientes fundamentales: el tiempo y el movimiento. En sus trabajos le gusta crear un momento, algo que no está planeado y que es una especie de “momento de desconexión” de la vida diaria. Su obra versa, por tanto, sobre la ideal de desplazamiento. El movimiento no es sólo una sensación física sino también es fruto de un desplazamiento cultural.
La música también es importante en su obra. Utiliza el sonido para que el espectador capte mejor las imágenes en movimiento. Le intrigan profundamente la relación imagen-sonido. Gracias a esta dualidad crea un mundo casi fantasmal habitado por sombras, por paisajes poéticos desajustados.
Sawa afirma “Cada obra es una proyección del espacio en mi mente”. “Las escalas en mi obra son un reflejo de la forma en que yo mismo y la gente percibimos las cosas. Por ejemplo, si hablamos sobre la escala de la luna, su diámetro real es de 3.476 kilómetros, pero en la mente de las personas puede tener tres o diez centímetros. En cierta forma, la escala en mi película refleja el tamaño de los objetos en mi mente”. (ABC, 18 de enero de 2009).
La filosofía Zen también sobrevuela su mundo imaginario. En sus vídeos todo parece posible aunque a veces se respire una hermosa melancolía y una silenciosa soledad. La obra de Hiraki Sawa tal vez sólo pretenda activar en el espectador herramientas para crear mundos mentales, tal y como hacíamos de niños con nuestros juguetes.
En Things go around , 2011 Sawa ha creado una instalación compuesta de 6 piezas, en la que sigue explorando, a través de las imágenes y del sonido, distintas formas de conocimiento a través de la memoria y de diferentes representaciones espaciales del tiempo. En ellas además encontramos una constante utilización de objetos cotidianos y paisajes de una gran carga simbólica. Dando uso de una narrativa fragmentada, Sawa juega con la simultaneidad y yuxtapone imágenes de una gran carga onírica donde se entremezcla lo real con lo ficticio, lo que es real con su propia representación. Introduce además al espectador de una forma espacial experimentando con su propio movimiento en contacto con la obra.
Estas obras se presentan como proyecciones con objetos contenidos en cajas antiguas (Hako en japonés) que acentúan un carácter romántico, dando lugar a que todos aquellos reticentes al video se acerquen a él de un modo más fácil, desde el objeto.
Reside y trabaja en Londres.
Obras en la colección: