Hilversum, Países Bajos, 1959.
Erwin Olaf ha recorrido en el tiempo la distancia que va desde la estridencia cercana de la publicidad que aproxima conceptos al ciudadano para consumir, hasta la frialdad de la lejanía, incluso de la hostilidad del individuo aislado que no se relaciona con otros. En su obra, refleja la imagen hierática del ser humano disconforme con su entorno hostil carente de relaciones. Los personajes que recogen sus fotografías miran al espectador con desasosiego buscando el calor de la relación, del contacto, buscan comunicarse para salir de ellos mismos, del misterio en el que están envueltos.
El artista consigue captar la atmósfera claustrofóbica de los protagonistas de sus obras y los coloca frente al espectador para que éste entable con ellos un diálogo imposible causado por el ensimismamiento de unos y otros, lo que provoca reacciones de odio, de indiferencia o de compasión. Como dice Alberto Martín, “la atmósfera es introspectiva, habla de soledades e incomunicaciones, de pasividad e impotencia, de tiempo de espera. Los protagonistas de estas historias incompletas no mantienen ninguna relación entre ellos, están aislados o encerrados en sí mismos. No parecen esperar nada extraordinario, quizá otro momento exactamente igual al que acaban de vivir. No hay expectativas, tan sólo una especie de serenidad pasiva, de tiempo detenido en interiores fríos, pálidos y depurados”. Y el propio Olaf señala, “es cada uno quien tiene un muro invisible construido alrededor suyo, bien sea autoconstruido o impuesto por la sociedad”.
Erwin Olaf consigue remover los sentimientos del espectador hacia la repulsa o el afecto por la sensación de soledad que transmiten, al tiempo que saca a la luz los tabúes, la doble moral y todo aquello que la sociedad intenta ocultar, aún tratándose de cuestiones esenciales en su estructura social. Es un artista comprometido con la sociedad que simultanea una intensa actividad como fotógrafo publicitario.
Sus cortometrajes muestran ambientes similares a los que representa en sus fotos. A pesar de que a veces utiliza los mismos modelos como protagonistas de ambos, éstos no necesariamente expresan los mismos estados de ánimo, ya que no están actuando en la misma línea narrativa, el cine amplía los registros de las posibilidades artísticas. En palabras de Olaf: “el impacto visual tiene fuertes efectos, y estoy descubriendo la manera en que esto puede añadir tanto a las imágenes quietas”. Las técnicas que Olaf utiliza en su obra, están inspiradas en películas de los setenta: el glamuroso zooming de Visconti, los extremos close-up de Antonioni, los turbulentos montajes utilizados por Nicholas Roeg en Amenaza en la sombra (Don´t look now), la sangría de Carrie de Brian de Palma, las tomas en ángulo ancho de El Resplandor (The Shining).”
Erwin Olaf ha expuesto su obra en importantes exposiciones individuales, tanto nacionales como internacionales. Destacan: la Maison Européenne de la Photographie de París, el Museo de Arte de Chelsea de Nueva York, el Kunsthalle, Winterthur de Suiza, el Museo de la Ciudad de Nueva York, la Galería de Arte moderno de Bolonia de Italia, el Museo de Arte Moderno de Moscú de Rusia, el Museo de la Fotografía de La Haya, Foto Museo de Amberes, Domus Artium de Salamanca, en el Hermitage de Ámsterdam, el Rijksmuseum de Amsterdam y en La Sucrière de Lyon de Francia.
Vive y trabaja en Ámsterdam.
Obras en la colección: