París, Francia, 1953.
Sophie Calle utiliza historias y escenas de la vida ordinaria para confundir al espectador, colocándolo ante la tesitura de si lo que tiene ante sí es real o inventado.
Su obra gira en torno a pequeñas historias, Suite vénitienne, Filatures parisiennes, Les Dormeurs, Autobiographies, etc. En todas ellas, su veracidad queda en entredicho porque discurren en la frontera de lo real, lo inventado, la representación artística e incluso su propia intervención en la obra como personaje. Todo esto lleva al espectador a observar sus trabajos con un cierto desasosiego ante la incertidumbre de lo que está contemplando. Sophie Calle es una fabuladora del arte.
Al representar su obra, tomando la cotidianeidad de la vida, Calle invade la intimidad de sus protagonistas y la traslada a un escaparate donde unos individuos van a juzgar a otros sin tener claro dónde está la representación de la realidad o la mentira, el engaño. El diálogo que se crea entre observador y observado nunca es definitivo y esta incomunicación tiene un aire siniestro por las incógnitas que deja al espectador sorprendido. La interpretación que haga el espectador, no altera la realidad del protagonista, porque éste es ajeno a la fabulación que se hace a su alrededor, es protagonista sin saberlo.
Sophie Calle es fotógrafa, narradora, investigadora, espía, cotilla, que explora en su obra las relaciones humanas que pueden ser o no ser. Provoca la imaginación del espectador para modificar su comportamiento, roba la intimidad y la vida de unos para enseñársela a otros. Ofrece la oportunidad de que los individuos dibujen su mundo ideal partiendo de sus historias: si no le gustan a quien las observa, puede cambiarlas, puede crearse su realidad a costa de los demás sin que éstos sean conscientes de la manipulación a la que están sometidos. Es la magia de la mentira convertida en verdad, es la incógnita de si es real lo que el espectador ve o la realidad es la que no se ve.
Está obsesionada con el tema de la ceguera. El primer trabajo sobre los ciegos fue en 1986. En 2010 volvió a plantearse otras preguntas sobre invidentes. En el festival fotográfico Rencontres d’ Arles, celebrado en 2012 expuso dos trabajos bajo un solo título, “Pour la dernière et pour la première fois”. Después se exhibió en París, en la galería Perrotin. Simultáneamente expuso en el Museo de Arte del Banco de la República, de Bogotá, la muestra “Sophie Calle: Historias de pared”.
Calle ha expuesto en el Museum Boymans-van-Beuningen de Rotterdam, en el Contemporary Arts Museum, Houston, en el Centre d'Art Contemporain de Copenhague, en la Fundación La Caixa de Madrid, en la Tate Gallery de Londres, en el Centre National de la Photographie, París, en el Centre National Georges Pompidou de París, etc. Ha participado en el Pabellón Francés de la Bienal de Venecia en 2007.
El trabajo de Sophie Calle ha fascinado a varios escritores como Enrique Vila-Matas o Paul Auster que la convirtió en uno de los personajes de su novela Leviatán.
Vive y trabaja en Malakoff (Francia).
Obras en la colección: