Chicago, Estados Unidos, 1971.
Tony Matelli, conocido por sus esculturas hiperrealistas, suele representar caracteres o cosas que sobreviven a duras penas; cosas casi muertas, desesperadamente perdidas o, de algún modo, totalmente indeseables. Siempre se ha interesado por los desvalidos.
Sirviendo como metáforas de nuestro propio malestar y nuestra lucha por la supervivencia, las esculturas de Matelli, parodian situaciones interiores de desolación, pánico, ambivalencia y desesperación. Estas situaciones a menudo suelen ser asociadas con el intento de encontrase uno mismo dentro de nuestro entorno social. En palabras del propio artista: “La autorrealización es el dilema social actual, realmente siempre lo ha sido, solo que estaba oculto. Con nuestro estado actual de relativa estabilidad nos encontramos a nosotros mismos sin distracciones externas. Muchos de nosotros estamos empezando a mirar al interior y estamos saliendo vacíos. Hago obras que hablan de la necesidad y la frustración de intentar situarse uno mismo dentro de un mundo ya establecido. Mi obra suele representar cosas que encuentran obstinados significados de supervivencia. Ésta es la manera más auténtica que conozco de plasmar el actual estado psicológico entre mí mismo, mis amigos y conocidos; la gente sobre la que hago obras y la gente para la que hago obras”.
La violencia humana es una forma extrema de comunicación entre los seres humanos cuando éstos ven a su similar como competidor. A lo largo de la historia, las distintas manifestaciones artísticas han recogido escenas y situaciones que muestran cómo los individuos se relacionan entre sí a través de la agresión. La representación del simio como símil del hombre es recurrente en Tony Matelli en un intento de representar la sociedad actual mirando hacia el pasado. Refleja la relación entre los individuos sociales, a través de dos seres tan próximos y tan lejanos, tan parecidos y tan diferentes: el simio y el hombre, personajes irónicos que lleva hasta la mofa simulando su realidad de una sociedad convertida a veces en jungla.
Descarnada denuncia política y social de Matelli, crítico y preocupado por la violencia en la sociedad actual: la difícil convivencia de los seres humanos no ha evolucionado demasiado desde su origen. Desde aquellas iniciales imágenes de la película de Stanley Kubrick, 2001, Una odisea en el espacio, cuando el simio descubre una herramienta para matar, hasta hoy: el hombre y el simio caminan por la senda determinista y secular de la violencia.
El hombre aparece como el peor enemigo del hombre, capaz de utilizar la violencia contra sus semejantes y adoptar comportamientos que la evolucionada sociedad actual cree exclusivos de los animales. El ser humano, evolucionado, culto, ¿reproduce los comportamientos ancestrales heredados en los genes de sus antepasados los simios?, ¿o es el simio, el animal más similar al hombre, el que reproduce los comportamientos humanos?
La obra Old Enemy, New Victim de la colección INELCOM Arte Contemporáneo formó parte de la exposición celebrada en el ARoS Kunstmuseum de Aarhus, Dinamarca (2012) y en Kunstmuseum de Bergen, Noruega (2013) titulada “A Human Echo”.
Vive y trabaja en Nueva York.
Obras en la colección:
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